viernes, 25 de julio de 2014

¿RIQUEZAS INJUSTAS?


                        GANANDO AMIGOS POR MEDIO DE RIQUEZAS INJUSTAS
                       Lc.16:1-13

(R.V. 1960) Y  yo os digo: “Ganad amigos por medios de las riquezas injustas, para que cuando estas os falten, os reciban en las moradas eternas”.


Ves. Popular:
“Les aconsejo que usen las riquezas de este mundo pecador  para  ganar se amigos, para que cuando las riquezas se acaben, haya quien los reciban a ustedes en la viviendas eternas
I.                    Amigos  ¿Quiénes son? Los pecadores  (Lc.7:34) ¿quienes  son los pecadores? Todos aquellos que no han aceptado a Cristo como su Salvador personal
¿De qué manera somos nosotros buenos amigos con otros?
Llevándoles el mensaje de salvación; y para esto, debe haber un interés  impulsado por un amor sincero a las personas sin distinción de raza, color o religión. Ganar amigos, no es abandonar las cosas puras del Señor y volverse como uno más de los  que practica el libertinaje del mundo; no es de esta  forma que podemos ser buenos amigos, sino, luchando por ellos para  ver si conseguimos rescatarlos de “su camino” equivocado, el camino de error.
¿Que dijo Jesús, respecto a sus amigos? (Jn.15:14-25; Mc.16:15-16; Mt.28:19).        Aquí en estos pasajes, los amigos del Señor Jesús, son los  que le  obedecen y hacen lo que El mandó.
II.                  ¿Por qué el Señor  dijo: “Riquezas injustas”? las riquezas ¿son injustas o justas?           Las riquezas de  por sí, son injustas; no hay riquezas justas. Las riquezas fueron y son causa de esclavitud; los ricos, son esclavos de sus riquezas y los pobres, son esclavo los ricos a causa de las riquezas (Lc.12:34). En una oportunidad (nos dice la Palabra de Dios), vino un joven, y le  pidió al Señor que interviniera a  favor de el, para que su hermano repartiera con el la herencia pero, el Señor le respondió: “Hombre ¿Quién me  ha puesto entre vosotros como juez o partidor”? Y añadió:… “Miren y cuídense de toda avaricia; porque la vida  del ser humano, no consiste en los bienes que posee”.  La Palabra de Dios, nos dice que las riquezas  es considerada como un “dios”    (Mateos 6:24). Tal es la influencia de la riqueza que los que las poseen, tienen puesto todas su confianza en el (su fe en el dios $). Mucho de los asaltos, robos, estafas y asesinatos, son inspirado por las riquezas ¿luego, las riquezas son justas? La Biblia nos dice que no.
Invertir la riqueza en el reino de Dios (ganando amigos) es una gran inversión y solamente hombres y mujeres sabios  harían esto.                                                          Miles de ministros del evangelio, han caído en la trampa de la riqueza (el dios $), tentados por enriquecerse cayeron el la trampa de la avaricia, hoy son “inversionistas   del evangelio” de bienes ajenos (Lc. 12:45-48); cuando el Señor regrese, le dará el pago conforme a sus obras (Lc.12:46; Ecl.12:14 etc).

III.                Moradas eternas – cielo o, infierno (Lc.16:19-22). La vida en esta tierra, en efímera en comparación con la eternidad; aunque una persona pudiera vivir 150 años, jamás se podría comparar con toda una eternidad. En la Palabra de Dios nos  dice:…“He aquí  pongo delante de vosotros camino de vida y camino de  muerte” (Jer.21:8). Este “camino” que aquí se  menciona, es el camino hacia la eternidad;  y no hay una sola persona en este mundo, que no esté en uno de estos caminos; todo depende de tu vida en relación con Dios o, sin Dios.                                                                                                                            En Proverbios 14:12 dice: “Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin, es camino de  muerte”. Por  uno de estos dos caminos el ser humano va, es su destino.
¿Para quién era el consejo? Para los discípulos (Mc.13:37). Son los discípulos del Señor los proclamadores de este mensaje; alertar y guiar al mundo al camino correcto, el camino de la vida (Juan 14:6) ¿Quiénes son esos discípulos? Todos aquellos que vinieron a Cristo y siguieron sus Palabra enseñadas por sus siervos.                                  ¿Cómo podemos ganar amigos?
Usar lo material, para ganar lo espiritual. Porque donde esta vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón (Lc.12:34).
Hay millones de  niños abandonados, barrios entero de muchos países asolado por la pobreza, pero también hay millones de “cristianos ricos” ¿no es acaso injusta las riquezas? Si usted  insiste en decir  que las riquezas son justas y que los administradores son injusto, entonces usted estaría diciendo que el Señor se equivocó al decir: “riquezas injustas”. Los malos administradores de las riquezas, fueron tentados por las influencias malignas de las riquezas.
El Señor Jesús, llama a sus seguidores a  invertir sus riquezas ganando almas para el reino de los cielos, esto es inversión en el banco celestial; y cuando usted llegue allí, será recibido por las almas coronadas que usted ganó por medio de su riqueza aquí en la tierra y también la bienvenida del gran Rey Jesús (Mat.25:20-23).
Muy triste es para aquellos que no invirtieron nada en el reino de Dios, sino que fueron inversionistas para sí mismo Mat.25:24-29)


Reinaldo Diaz

sábado, 5 de julio de 2014



DIOS CUIDA  NUESTRAS VIDAS
Mi vida  en el pasado, fue  una vida muy ordinaria; crecí en una  familia muy humilde y en extrema  pobreza. Desde muy pequeño, Dios había manifestado que el tenía un plan maravilloso para mi. Tuve un padrastro que intentó matarme ahogado en un río, pero Dios me  libro de la  muerte. Cuando tuve cinco años, Satanás se me presentó como los tres reyes del  infierno; los tres  estaban coronados de reyes y los tres, tenían el mismo aspecto; lo he visto de  una manera personal frente a frente. Estos tres personajes siniestros, se presentaron delante de  mi pero no me  hablaron.
Cuando ya fui hombre y Dios me  había llamado para su obra, fui librado por la  mano de Dios, tres veces de la muerte:
1º Fui librado de la muerte cuando Dios me libró de la mordedura de una serpiente venenosa que estaba a escaso diez centímetro de  mi cuello; mi Dios cerró la boca  de esa serpiente para que no me mordiera. Y yo estaba solo a veinte kilómetros de  mi casa.
2º Fui librado de una electrocución de corrientes eléctrica trifásica. Me prendí por los cables con toda su carga de corriente eléctrica (sin saber que tenía corriente) y mi Dios me no permitió que me pasara un desenlace fatal. Cuando después arranque la máquina, arrancó con toda normalidad. Vi entonces lo que Dios es capas de  hacer por una persona que dentro de su plan.
3º Fui librado de la  muerte cuando una carga de madera rolliza, se me caía encima, quedándome yo debajo de  una viga de una tonelada y media más o menos; quedándome inválido de una pierna pero dios me  libró de la muerte.
Dios me guio con el tiempo a lo que hoy soy; sin tener estudios primarios completo, me dotó de sabiduría y conocimiento y me preparó para que yo sea su ministro del evangelio.

Reinaldo Diaz




El ‘descuartizador’ del barrio Estoraques aceptó el asesinato de Heydi Viviana

Jorge Alonso Durán Amaya, de 58 años, aceptó ser el hombre que el 12 de marzo de 2007 asesinó y descuartizó a Heidy Viviana Gómez Cárdenas. Su confesión se dio ayer durante la audiencia de juicio oral que se cumple en su contra por el delito de homicidio agravado. (Foto: Marco Valencia/VANGUARDIA LIBERAL )

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Ante el Juzgado Octavo Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento, Jorge Alonso Durán Amaya, conocido como el descuartizador, aceptó su responsabilidad en el asesinato de la joven Heydi Viviana Gómez Cárdenas, ocurrido el 12 de marzo de 2007 en una vivienda del barrio Estoraques, en Bucaramanga.

Hombre admitió que asesinó y descuartizó a bumanguesa
Transcurrieron siete años, dos meses y 29 días para que Jorge Alonso Durán Amaya estuviera de frente a la justicia, que lo investigaba por el atroz asesinato de la joven Heidy Viviana Gómez Cárdenas, a quien el 12 de marzo de 2007 descuartizó en una casa del barrio Estoraques.

Ayer, cuando el reloj marcó las 2:45 de la tarde, Durán Amaya de 58 años, ingresó fuertemente custodiado a la sala 3A del Palacio de Justicia de Bucaramanga, donde se adelanta el juicio en su contra por el delito de homicidio agravado.

El “descuartizador”, como es conocido Durán Amaya huyó hacia Venezuela dos días después de cometer el asesinato y desde entonces permanecía prófugo, por lo que era juzgado como reo ausente.

Sin embargo, como se recordará, a finales de marzo de este año fue detenido en el Hospital Erasmo Meoz de Cúcuta, a donde ingresó tras caer del segundo piso de una casa localizada en Ureña, Venezuela.

Su hora de responder ante justicia era inaplazable, por lo que aún con el brazo izquierdo enyesado y fuertemente custodiado, ingresó a la sala de audiencias, para comparecer por primera vez en el juicio que se adelanta en su contra.

Visiblemente deteriorado en su aspecto físico, el individuo sorprendió al auditorio al aceptar su autoría en el asesinato de Heidy Viviana, responsabilidad que siempre había querido evadir, al huir de las autoridades que lo buscaban.

Ante la aceptación del asesinato, la etapa de juicio oral finaliza automáticamente y contra Jorge Alonso Durán Amaya se proferirá una sentencia condenatoria, que para el caso estaría entre 400 y 600 meses de prisión.

La audiencia en la que se conocerá el total de la pena de que deberá enfrentar el descuartizador, se cumplirá el próximo 12 de agosto a las 2:00 de la tarde en la sala 3A del Palacio de Justicia.

A la audiencia asistieron amigos y familiares de la víctima fatal, quienes recibieron con sorpresa el hecho de que el sujeto aceptara su responsabilidad en el crimen.

“No esperábamos que aceptara los cargos, pero en realidad era lo mínimo que podía hacer. Ahora lo que le pedimos a la justicia es que le aplique la máxima pena para que pague por lo que hizo”, expresó María de Los Ángeles Cárdenas, madre de la víctima fatal.

El asesinato

El cuerpo sin vida de Heydi Viviana Gómez Cárdenas, de 21 años, fue hallado el 17 de marzo de 2007 en zona boscosa del barrio Estoraques, en Bucaramanga.

La víctima fue descuartizada y su cuerpo fue encontrado entre costales y bolsas. La Policía y el CTI, precisaron que el asesinato había sido cometido cinco días antes del hallazgo del cadáver, es decir el 12 de marzo de ese mismo año.

Para la fecha de los hechos Heydi Viviana trabajaba como secretaria de una concejala de Bucaramanga, tras graduarse tecnóloga en Diseño y Administración de sistemas en las Unidades Tecnológicas de Santander, UTS.

El Durán Amaya vivía en la casa de la víctima, dado que era conocido de los padres de la joven, quienes le habían dado posada porque se encontraba mal económicamente.

El sujeto habría cometido el atroz crimen en la habitación de la joven, donde luego procedió a descuartizarla para después guardar el cuerpo en bolsas y costales, los cuales arrojó en zona boscosa.

Este contenido ha sido publicado originalmente en Vanguardia.com en la siguiente dirección: http://www.vanguardia.com/judicial/264252-el-descuartizador-del-barrio-estoraques-acepto-el-asesinato-de-heydi-viviana. Si está pensando en hacer uso del mismo, recuerde que es obligación legal citar la fuente y por favor haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. Vanguardia.com - Galvis Ramírez y Cía. S.A.

EL DIOS QUE CUENTA TUS CABELLOS



Escrito por Julio Ruiz
Publicado el 14 Enero 2011

(Mateo 10:29, 30)


INTRODUCCIÓN: De acuerdo a las investigaciones hechas, una persona promedio pudiera tener hasta ciento cincuenta mil pelos en su cabeza. Por supuesto que en esto habría que considerar que hay algunas cabezas que contienen más abundancia que otras, mientras que hay otras que no contienen nada. Esto nos revelaría que, aunque la calvicie o la quimioterapia le “ahorran” el trabajo a Dios de contar nuestros cabellos, debido a la cantidad de hombres y hasta mujeres que pierden esta particularidad del cuerpo, él conoce cada pelo de las más de seis mil millones de personas que existen en el mundo y hasta ha contado los que están a punto de nacer.  ¿Por qué esto? Porque él es su creador.  Jesucristo trajo a consideración el presente texto, dentro de su muy cotidiana manera de ver todas las cosas para poner de manifiesto que su Padre celestial tiene un absoluto control de todo lo que puede sucedernos. El propósito de este “conteo extremo” fue para que los atemorizados discípulos se percataran que así como los parajillos no caen a tierra sino es por la voluntad de Dios, así también nada pasaría en sus vidas a menos que Dios también lo haya permitido. Este es uno de los pasajes donde vemos a Jesús fungiendo como el gran Consolador antes que llegara el Espíritu Santo. La vida está llena de muchos temores, pero el oír a Jesús hablando con esa familiaridad y tierno cuidado, nos llena de absoluta confianza y nos infunde mucha paz. Qué bueno es recordar que frente a cualquier pánico que se haga presente, cuyo fin es robarnos la paz, Jesús nos dice: “Pues aun vuestros cabellos están todos contados”. Amados hermanos, no se le olvide que Dios todo lo ve y todo lo sabe. Eso nos alienta a proseguir en un nuevo año para el que auguramos notables victorias, sobre todo para esos momentos de temor como pasaron los discípulos. Pero aquí hay una promesa. ¿Qué objeto tiene el que Dios cuenta el cabello de sus hijos?

I.    MOSTRARNOS CÓMO ÉL HACE LAS  COSAS ANTICIPADAMENTE

1. Fueron contados antes de nacer. Dios previó todas las cosas y después proveyó para cada una de ellas. Ver anticipadamente y hacer una provisión para esa necesidad es una tarea divina. Vea usted de esta manera la provisión de Dios. Él ordenó desde mucho tiempo atrás cuándo naceríamos, dónde naceríamos y quiénes serían nuestros padres. Más aún, Dios planificó mi niñez, mi adolescencia, mi juventud hasta mi vida adulta. El asunto es que si creemos que todos nuestros cabellos están contados por él, debemos entender que el resto de nuestra vida ha sido contada también por él en cada etapa por la que nos toca pasar. ¿Te habías puesto a pensar que todos los eventos de tu vida, incluyendo grandes o pequeños, victorias o fracasos, muerte o vida,  han sido ordenados por la providencia divina? Esta pregunta nos hace pensar que ninguno de nosotros morirá ni antes ni después. En la providencia divina hay un calendario determinado para tu existencia. Es cierto que   reaccionamos ante la idea de un Dios que pareciera tener un destino fatal y que no haya una forma de cambiar ese estado. ¡Eso parece terrible! Pero lo cierto es que nuestro Dios se mueve en función de darnos lo mejor y hacer de nosotros la clase de hijo que al final traigamos honra al mismo nombre de Dios a través de su Hijo Jesucristo. Él no es un Dios caprichoso. Bien pudieras ver tu enfermedad, tu dolor, tus penas o tristezas como injustas proviniendo de ese Dios de gracia y de amor, pero como tú sabes que lo que tienes no te lo puso el enemigo sino que lo ha permitido el Dios amante. Si así lo ves, al final entenderás por qué “el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado”, según nos decía el salmista.

2. Fueron contados por el dedo de Dios. Dios pudo usar alguna de sus criaturas para que se encargaran de la enumeración de tus cabellos, como alguno de sus más inteligentes ángeles. Pudo usar la mejor “computadora” para que hiciera ese trabajo a la perfección; seguro que el conteo hubiera sido exacto. Pero no fue así. Él, personalmente, se encargó de ese trabajo. Lo que aquí se pone de manifiesto es que todo lo que gobierna nuestras vidas, todo está en sus manos. Si él puede contar todos nuestros cabellos, entonces también contará todo lo que nos pasa. Nada escapa a su soberanía. Todo lo ha predeterminado. Uno de los hombres que conocía la forma cómo Dios contaba anticipadamente a sus criaturas fue el rey David. Cuando habló de su nacimiento no pudo ser más descriptivo. Observe cómo habla de su previo estado: “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas” (Sal. 139:13-16). Así cuenta Dios.

II.    ASEGURARNOS EL CONOCIMIENTO ÍNTIMO QUE TIENE DE NOSOTROS  



1. El sabe todo de ti. Aunque es cierto que un gobierno pudiera conocer mucho de ti por medio de las identificaciones que posee, hay cosas que no sabe de ti. Aunque es cierto que tus padres saben muchas cosas de ti, porque te han visto crecer, no es cierto que conozcan todo de ti. Aunque es cierto que tu esposa o esposo sabe muchas cosas de ti, y con el paso de los años ese conocimiento se hace más real, es un hecho que no sabe todo de ti. Aunque es cierto que tu mejor amigo pudiera conocer mucho de ti, hay cosas que desconoce de ti. Tu médico que te ha asistido por años pudiera conocerte muy bien, y aunque podrá conocer tu cuerpo, no conocerá tu alma. Ninguno de los que dicen que te conocen ha podido contar tus cabellos.  Pero hay Alguien que si sabe todo de ti. Él sabe cómo eres por dentro y como eres por fuera. Él conoce tu levantarte y tu acostarte. Él sabe cómo roncas, cómo te ríes, cómo lloras. Él conoce tus alegrías y tus tristezas. Pero sobre todo, él sabe cuáles son todos tus pensamientos y todas tus intenciones. Nada, absolutamente nada hay en nosotros que Dios no lo conozca. Aún las cosas que tú no sabes de ti mismo ya él las conoce. Dios nos conoce mejor de lo que nosotros mismos nos conocemos. Ese conocimiento que Dios tiene de nosotros le hace amarnos más que otros.

2. Él te conoce más allá de tu apariencia. Cuando Jesús dijo que el Padre conoce todos nuestros cabellos nos estaba revelando el más íntimo conocimiento que se conozca. Se trata de un toque delicado más suave que el de una madre sobre la cabeza su niño cuando lo duerme o lo mima. Cuando él toca nuestra cabeza está tocando también nuestra alma. Su toque es tan íntimo que al pasar su mano sobre nuestra cabeza ya sabe cuando hemos perdido alguno de nuestros cabellos. El asunto es que Dios sabe todo sobre ti. Entonces, si su conocimiento es tan íntimo, ¿no deberíamos nosotros ser fieles a tan extravagante amor? Si él nos conoce con esa intimidad, más que la madre cuando acaricia a su bebé, ¿no debiéramos nosotros, como lo hizo María de Betania, ofrecer nuestros cabellos para enjugar los pies de nuestro muy amado salvador? Por ese conocimiento tan íntimo que el Señor dispensa sobre nosotros, ¿no debiéramos conducirnos, los que le hemos conocido “justa y santa” en toda nuestra manera de vivir? Y por ese conocimiento que tiene por ti, pecador, ¿no debieras venir hoy a sus manos amorosas para que él toque tu cabeza contando tus cabellos, al contar también  las intensiones de tu corazón? Por lo tanto, si Dios conoce todo de ti ven a él confiadamente. Cuano vengas a él, el temor que ahora te asedia por tu pecado o alguna enfermedad, huirá de ti.

III.    REVELARNOS DE CUÁNTA ESTIMA SOMOS TODOS  PARA ÉL

1. Eres de gran valor para el Señor. La historia de la iglesia cristiana nos presenta a sus integrantes como gente muy humilde. No hay tal cosa como un abolengo del que se diga que todos procedemos. Las palabras de Pablo que a lo “vil y despreciado del mundo ha escogido Dios…” (1 Cor. 1:28), tienen una gran verdad en el origen del cristianismo. Así que si alguien hubiera visto a esas iglesias del primer siglo, habrían concluido que no había ninguna persona respetable en medio de ellos. Esto lo mencionamos porque la forma de etiquetar a los seguidores del Señor en la actualidad ha cambiado enormemente. Hoy día hasta tenemos iglesias para los profesionales y hombres de negocio, como si los indoctos no fueran importantes. El ser respetable ha llegado a ser sinónimo de poder económico, poder social y hasta poder político, y hay iglesias que no han escapado a esa tentación. Pero mire el grupo de hombres que escogió el Señor. Cualquiera que pretenda fundar un movimiento de proporciones tan grandes como lo iba a ser el cristianismo, diría que Jesús estaba condenado al fracaso. Mire el currículo de cada uno de esos seguidores. Creo que muy pocos de ellos habían terminado la primaria y ninguno habría llegado a la universidad. Pero Jesús escogió a doce de ellos. Su Padre celestial los tuvo en gran estima, pues previamente había contado sus cabellos y ahora eran contados como parte del equipo de su Hijo. Es posible que usted esté dentro de la iglesia como el más insignificante de  de los hombres o de las mujeres, pero el Señor ha contado todos tus cabellos. Tú eres importante para él. La gente te valora por lo que tienes, Dios te valora cuando ha contado tus cabellos.

2. Tu alma vale más que tus cabellos. Vamos a poner este texto en una perspectiva más objetiva. ¿No es cierto que el pelo es una de las partes más insignificantes que poseemos, comparadas con los órganos vitales de nuestro cuerpo? Si no, pregúntese ¿por qué nos cortamos con frecuencia el cabello? ¿Se cortaría usted otra parte de su cuerpo? Entonces, si el cabello que hoy es y mañana lo cortamos vale tanto para el Señor, hasta el punto de contarlo, cuánto más valdrá nuestra alma por la que Cristo murió. ¿Sabe usted cuánto vale su alma? El precio está registrado en la cruz del calvario.  El valor que tiene una madre por su hijo no es comparado con el valor de un alma para Dios. Esto nos pone de manifiesto que no hay tarea más grande y de tanta repercusión divina como la salvación de un alma. ¿Se ha puesto a pensar por qué el texto bíblico dice que “hay gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente”? Yo no sé cómo lo ve usted, pero quiero imaginarme que en el cielo hay un equipo de ángeles que están amenizando la fiesta por cada pecador que es registrado en el cielo. Así que, mientras el Padre celestial está escribiendo sus nombres en el libro de la vida, el resto está celebrando con gran júbilo la salvación de un pecador. Un alma vale más que todos los cabellos juntos, nunca se nos olvide eso. Su alma vale más que su cabello, imagínese de cuánta estima eres para el Señor.

IV.    ASEGURANOS QUE NOS HA PRESERVADO PARA SIEMPRE

El acto de contar todos nuestros cabellos es una indicación que nuestro Dios está altamente interesado en preservarnos para el día final. En la presente declaración, Cristo nos da la base para sustentar la gran doctrina de la perseverancia de los santos. A los que sostenemos la seguridad de la salvación, las palabras de Jesús que ninguno de sus seguidores sufrirá la más pequeña pérdida, son muy alentadoras. En medio del gran discurso escatológico con proporciones catastróficas, que incluía la destrucción de Jerusalén, y la muerte de muchos de sus seguidores, Jesús, hablando de la preservación del alma, al término de tales acontecimientos, ha dicho: “Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá…” (Lc. 21:18). Con esta declaración de confianza el Señor nos revela la más completa promesa de protección. Usted tiene que saber que si Cristo le ha comprado, él como “Dios fuerte” lo preservará hasta que venga. Usted y yo nos levantaremos de la tumba completos. Aunque entremos a esa vida del cielo sin un ojo o sin un pie, al final resucitaremos completos. Las pruebas que nos llegan no son para que perdemos algo, más bien son las encargadas de asegurarnos que el Señor se mantiene muy cerca de nosotros, pues “aunque pases… por los ríos, no te anegarán”. O aunque pases “por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Is. 43:2). Podrá haber pérdida material pero no habrá pérdida espiritual. Podrán caer mil y diez mil a tu lado, pero nadie tocará tu morada. Podrá haber pérdida del “barco”, pero al final oirás, como se le reveló a Pablo, que ninguno de los que estaban con él perecerían (Hch. 27:23, 24). El que Dios cuente nuestros cabellos es garantía de protección eterna.

CONCLUSIÓN: Hay cuatro puntos de vista acerca de lo que está pasando en este mundo; son cuatro teorías sobre cómo ocurre todo. Algunos dicen que las cosas llegan a pasar de acuerdo con una ley fija, conocida como la ley de la naturaleza. En esta lista están los que optan por el punto de vista racional. Para ellos, nada que no se explique por las leyes naturales debiera ser creíble. La fe de los que así opinan está basada en el resultado de lo que revela un microscopio o lo que se puede examinar en tubo de pruebas. Los segundos son los que suponen que las cosas pasan por una clase de suerte ciega. Ellos creen que no hay nada seguro o certero; simplemente una cosa pudiera pasar tanto como la otra. El tercer grupo piensa que todo llega a ocurrir por una simple causa del destino. Y por supuesto están los cristianos, los que creen que las cosas llegan a pasar por la Providencia de Dios. Son los que dan por un hecho que si Dios cuenta todos nuestros cabellos, es porque tiene un control total de todo el resto de lo que nos pasa. Esta seguridad debe producir una inmensa paz en el espíritu para que no temamos como se les dijo a los discípulos. El texto nos dice que ni un pajarito caerá a tierra si Dios no lo permite. Y si Dios sabe todo esto, y ha contado tus cabellos, ¿no podrá él transformar tu temor en gozo y tu fracaso en victoria?

JESÚS SANA HOY TODAVÍA

Jesús Sana Hoy Día
Mientras Jesús vivía en medio de los hombres y mujeres de su tiempo, realizaba numerosas curaciones. Dónde había dolor y enfermedad, consolaba y sanaba. Encontramos estos relatos en los Evangelios. Nos resulta fácil creer que El, por ser hijo de Dios, estaba ungido con un carisma poderoso de sanación.
Pero hoy en día en que se presentan a nuestra vida enfermedades y sufrimientos de todas las clases, ¿no podría la Buena Nueva consistir en proclamar que su poder sanador sigue actuando?.
Antes de morir dijo a sus seguidores: "En verdad, en verdad les digo que el que en mi cree las obras que yo hago, él las hará también...(Jn. 4,12). Expresaba con estas palabras el deseo de que su misión entre los ciegos, los cojos, los enfermos de todo tipo siguieran llevándose a cabo por medio de sus discípulos. Al pedirles que curaran en su nombre, los convertía, por así decirlo, en prolongaciones de si mismo, destinadas a extender su amor salvador.

¿Todo enfermo ha de sanar?
Reconocemos estas palabras que nos entrega Marcos: "Estas señales acompañarán a los que creen. En ni nombre echarán demonios.....sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán..."(Mc. 16,17-18.) ¿Significa esto que Jesús desea sanar todas nuestras enfermedades?
Indudablemente que su misión es salvar a todo ser humano: "por Su Cruz nos ha salvado "; por su llaga fuimos nosotros curados "(Is.52,5). Pero afirmar que desea sanar a todo el que contraiga algún tipo de dolencia nos colocaría en situaciones difíciles que podrían incluso llevar a perder la fe a quienes no reciban la gracia de la sanción. De hecho tenemos que reconocer que por muy eficaz que sea un ministerio de sanación, la mayoría de los moribundos terminan muriendo, la mayor parte de los ciegos y de los sordos deben seguir viviendo con su impedimento. Incluso se da el caso en que seguir orando por sanación constituye una falta de fe en el amor de Dios.
Muchas veces la gravedad de una enfermedad exige mas bien pedir para el enfermo la gracia de la paz interior y del abandono; la gracia de una muerte tranquila y sana, Seremos fieles al mandato de Jesús orando seriamente por los enfermos, pero reconociendo, al mismo tiempo, que no siempre está entre sus planes el sanar dolencias físicas o psicológicas. Su principal objetivo es lograr una liberación espiritual. Sigamos adelante con perseverancia y con la convicción de que, aunque muchas de nuestras peticiones concretas no serán satisfechas, siempre habrá gracias especiales para aquellos por quienes oramos.

Cuerpo, alma y espíritus.
El seguimiento de Jesús nos compromete en una lucha con el haga mal y sus consecuencias. Es verdad que las fuerzas de las tinieblas pueden llegar hasta afectar la salud de una persona y que todos necesitamos ser sanados; me preocupa el hecho de que exista en la Renovación personas con mentalidad deformada que ven demonios donde no los hay y los culpan de todos los males.
Por mucho hablar del demonio ocurre que se le abren puertas.
Fijemos, por el contrario, nuestra atención en el Señor Jesús que aún hoy día es el vencedor sobre el poder del mal y de la muerte. ¡Cómo es posible que pongamos un acento mayor en la acción destructora del mal que en el poder salvador de Jesús!.
Como resultado de nuestra condición de hombres todos llevamos heridas, por eso el ministerio de sanación es tan necesario.
Este servicio no consiste en manejar ciertas técnicas o en conocer algunas fórmulas y recetas precisas a las que atribuimos poder sanador. Es Jesús quién salva no nosotros, y lo hace como quiere y cuando quiere. Lo que nos corresponde a nosotros es mendigar de su infinita misericordia, que nos bendiga y derrame sobre nosotros su amor restaurador; orar con fe, amor, con humildad.
Cuando el Señor sana, lo hace para manifestar la gloria de su Padre y la presencia del Reino entre nosotros, y también para confirmar en la fe a los testigos. Hablar de sanación es hablar de sacrificio de intercesión. La intercesión es la oración que se hace a favor de otros; aquella en que se pide una gracia para alguien o en el contexto de una oración por sanación para conseguir para alguien salud física o interior. Ejercer este ministerio es servir, es desempeñar un "servicio de Dios" en beneficio de un hermano necesitado.


¿Quién puede orar por sanación?
El padre Benedicto Heron O.S.B. nos dice que "Todos los cristianos están llamados a orar por sanación incluso por sanación física, especialmente durante la celebración de la Eucaristía, sin embargo, San Pablo es claro en señalar que algunos cristianos han recibido el don de la sanación(1 Cor.12,7-9). No todos los cristianos están invitados a servir dentro de un ministerio de sanación propiamente dicho, ni a participar en un equipo de sanación. Es responsabilidad de los encargados de los grupos de oración el discernir quienes deben trabajar en este ministerio y quienes no.
Hay que prepararse.
Quién se sienta llamado a integrarse al servicio de sanación debe estar consciente de que necesita prepararse en oración y ayuno. Los ya comprometidos han de orar fielmente todos los días para que el Señor los vaya haciendo instrumento aptos. Pero no vasta con la oración personal, es conveniente que exista un grupo de personas que sostenga, mediante su oración, el ministerio. Muchas veces quién ora en el pasillo contribuye mas a la eficacia de la oración, que los que están directamente involucrados en ella.
Privilegiar la alabanza y la acción de gracias.
Muchas mejorías ocurren en un contexto de alabanza. Los enfermos comienzan a sentirse mejor cuando se les rodea de intensa alabanza. Por lo tanto nuestra intercesión debe llevarse acabo en medio de alabanza y acción de gracias. También conveniente decir que, antes de iniciar la oración, es bueno orar por protección, pedir ser cubiertos por la sangre preciosa de Jesús, de modo de poder interceder con total confianza en su amparo, que es mas poderoso que cualquier influencia negativa que pudiera alcanzarnos. Sin embargo, hay que señalar que no conviene poner un acento demasiado marcado en esta petición de protección de modo de no inquietar a aquellos por quienes se va a orar.
La oración en si misma.
Como ya se ha dicho no olvidar nunca la estrecha relación entre cuerpo, alma y espíritu. Pareciera ser que lo mejor es empezar por pedir sanación espiritual psicológica y afectiva, ya que solamente aí puede después de producirse una curación física. Acerquémonos con el mismo corazón con que Jesús lo hacía, de modo que el enfermo experimente a través de nosotros su amor salvador. Él es quien salva: no podemos usurpar su lugar. Recordar que nuestra eficacia reside justamente en nuestra debilidad. Como dice San Pablo, el poder de Dios "se perfecciona en nuestra debilidad" (2Cor.12,9).
Hagamos lo posible por ir acompañados de otros hermanos para que la oración manifieste de modo poderoso la presencia del Señor. Así se posibilita la expresión de una variedad de dones y carismas y nadie puede apropiarse de los resultados.
No llevemos la oración de modo que tome la forma de una especie de exorcismo, sino que mantengamos siempre en intercesión, pidiendo a Dios que sane y no dirigiéndonos directamente al poder de tiniebla, recordemos que así lo recomienda la Iglesia, quien reserva al Obispo esta misión liberadora.
Procuremos que la oración se desenvuelva en un clima de acogida, de confianza y de respeto, siguiendo el modelo que el Señor nos dejó, actuando siempre con un profundo respeto y delicadeza.
Antes de acordar una sesión de intercesión, es necesario procurar que quién la ha solicitado haga un trabajo serio de perdón, ya que sin perdón de corazón es difícil que se produzca una liberación o una sanación.
Ayuda mucho tomar conciencia de que el perdón es un acto de la voluntad que cualquiera bien dispuesto puede realizar, y que va mas allá de las heridas emocionales que pueden haber quedado.
También es necesario que exista un propósito claro de cambio de vida. Los frutos de sanación son mucho mas abundantes entre los que han tomado la determinación de hacer del Señor el dueño de sus vidas.
Es bueno terminar diciendo que después de cada sanación pueden surgir dudas, recaídas, olvidos de la gracia recibida; por ello es indispensable el "acompañamiento". Aunque no resulta siempre fácil contar con un sacerdote, puede buscarse dentro del grupo de oración a personas discretas con experiencia y buen discernimiento que brinden su apoyo en esta etapa del camino.
También lo pueden hacer quiénes fueron testigos presenciales de la sanación, debido a que la mayor parte de las sanaciones son progresivas, es importante invitar a regresar después de algún tiempo para continuar orando.

La auto sanación.

Cada uno de nosotros puede acudir a Dios pidiendo la propia liberación. La oración en este caso en muy similar a la que se hace por otros y los requisitos son los mismos que ya se han expuestos. Si estoy enfermo, por ejemplo, de alguna parte de mi cuerpo, puedo poner ahí mi mano y orar con fe, confiando que Jesús quiere derramar su luz y su vida en ese lugar. Jesús médico de cuerpo y alma sigue sanando y salvando. A través del ministerio de amor y misericordia podemos ser testigos de su presencia en medio de su Pueblo.